Llegó al ‘’Camino del Alumbre’’ en Santo Domingo de San Mateo (hoy Hacienda Vieja de Orotina) entre 1850 y 1860; sin embargo, no fue el primero en llegar a este camino. En realidad, fue su padre, quien llegó en 1856 y compró terreno en la zona de Hacienda Vieja, donde comenzó a criar ganado mientras ejercía su labor de carretonero entre Desamparados y Puntarenas, ayudado por sus tres hijos varones Primo, Antonio y Pedro.
Ya estando casado y habiéndose construido el primer puente sobre el río Machuca, Primo Vargas decide comprar terreno en Santo Domingo a partir de 1869 lo cual seguiría haciendo hasta consolidar una hacienda que iniciaba en Hacienda Vieja, pasaba por lo que hoy es el centro de Orotina y terminaba en la zona de Mastate.
Para 1880 ya los papás y hermanos de don Primo vivían y hacían negocios en Santo Domingo. Eran una familia muy unidad que realizaba diferentes oficios, entre ellos la producción de ladrillos y tejas de barro, así como la ganadería, agricultura y otros oficios.
Después de 1880 don Primo comienza a expandirse y adquiere terrenos en Atenas, Palmares y San Ramón, donde tuvo extensas fincas cafetaleras.
Para el año 1885 ya era un rico hacendado del distrito de Santo Domingo de San Mateo (actual Orotina). Sin embargo, paralelo a su crecimiento económico, siempre compartió mucho de su riqueza con la comunidad donde vivía. Donando terrenos y construyendo edificaciones logró fomentar la educación, el progreso y la cultura de una población que años después llegaría a ser Cantón de la Provincia de Alajuela. De hecho, fue el que promovió el movimiento para que se creara el cantón de Orotina.
Poco a poco fue cambiando sus labores de transportista y fue adquiriendo grandes extensiones de tierra que abarcaron desde el norte por el lado de Concepción y hasta el sur llegando a lo que conocemos hoy como el centro de la Ciudad de Orotina.
Don Primo donó en 1893 los terrenos para la construcción de la Iglesia de Santo Domingo y también aportó casi la mitad del costo de su construcción, así como la compra de dos campanas traídas de Italia. También donó los terrenos de la plaza y de la estación del ferrocarril (Costa Rica y sus raíces). De igual forma, donó los terrenos que abarcaban desde Concepción hasta El Coyolar para la construcción del ferrocarril.
Es sabido que para esa misma época don Primo donó los terrenos para la Escuela Pública de Orotina, donde también participó activamente en su construcción. Tiempo después dicho centro de educación sería bautizado como Escuela Primo Vargas Valverde, donde se encuentra actualmente el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA). Así mismo, como buen amante de las bellas artes, mandó a traer de Europa los instrumentos de la primera banda de Orotina.
Finalmente, falleció un 5 de julio del año 1910 en su querida Orotina.